La causa más común de la parálisis cerebral infantil es el déficit de suministro sanguíneo en el encéfalo en desarrollo debido a hemorragias o inflamación, lo que resulta en malformaciones o lesiones cerebrales por infección o falta de oxígeno, complicaciones del parto, accidentes postnatales, encefalitis, traumatismos, ahogamiento, entre otros.
Las habilidades motoras finas, la motricidad gruesa y el funcionamiento motor oral también pueden llegar a dañarse. Cada caso de este trastorno neurológico es único, esto se debe en parte al tipo de lesión, al grado y al momento de la lesión del cerebro.
El daño cerebral que causa la parálisis cerebral es el resultado de:
- Alteración prenatal de la migración de las células cerebrales: los factores genéticos y ambientales alteran la migración de las células cerebrales a medida que las células se desplazan a su ubicación apropiada durante el desarrollo del cerebro.
- Mielina (aislamiento) pobre prenatal del desarrollo de las fibras de las células nerviosas: la función cerebral se ve impedida cuando la mielina deficiente proporciona una protección inadecuada sobre las células nerviosas que ayudan en la transmisión de información interna cerebral.
- Muerte de células cerebrales perinatales: eventos en el proceso de parto que rompen los vasos sanguíneos o privan de oxígeno al cerebro.
- Conexiones postnatales no funcionales o inapropiadas (sinapsis) entre células cerebrales: traumatismos, infecciones y asfixia que dañan las conexiones desarrolladas en el cerebro.
Factores de riesgo de la parálisis cerebral infantil
Durante el embarazo:
- Falta de oxigenación cerebral ocasionada por problemas en el cordón umbilical o la placenta.
- Malformaciones del sistema nervioso.
- Hemorragia cerebral antes del nacimiento.
- Infección por virus durante el embarazo.
- Gestación múltiple, retraso de crecimiento intrauterino
Al momento de parto:
- Bajo peso al nacer.
- Falta de oxígeno en el cerebro durante el parto.
- Complicaciones durante el nacimiento.
- Placenta previa o desprendimiento de la placenta.
Después del embarazo:
- Golpes en la cabeza.
- Infecciones del sistema nervioso (Meningitis, Encefalitis).
- Intoxicaciones (con plomo, arsénico).
- Fiebres altas con convulsiones.
- Accidentes por descargas eléctricas.